miércoles, 30 de diciembre de 2015

Un marafariñesco año



Si bien es cierto que nunca me ha gustado hacer estos balances de final de año, aquí estoy, torturándome ante la página en blanco, con la cabeza un poco embotada y los sentidos disparados. Posiblemente sea una de las semanas más duras del año para muchos, prácticamente todos. Parece que se nos obliga a mirar hacia atrás y, sobre todo, hacia adelante. Pero no sabemos lo que hay delante, por muchos planes que hagamos. Tal vez lo mejor sea cerrar los ojos y dejar que las horas transcurran.

Pero este año, este 2015, que da sus últimos coletazos y está apunto de quedarse atrás, ha sido un año importante para mí, sin lugar a dudas. Ha sido el año en el que, al fin, di por cumplido un sueño que llenaba (y sigue llenando) mis venas, que impulsa mis latidos y formó parte de mi aliento desde mi más tiernos años. Ver culiminada mi querida Marafariña, verla publicada, saber que está siendo leída, acogida y también amada por otros lectores es un gozo que difícilmente puedo describir. Cómo ha dolido y cómo he sufrido con ella, y cuánto me ha devuelto. Casi me he dejado parte de mi vida en ella, pero me la ha devuelto con creces.

¿Y ahora?

Marafariña es infinita, y aún a día de hoy no deja de darme y de darme. Y vosotros, los que estáis al otro lado de mis letras, con tanto calor y tanta calidez. Es increíble la cantidad de personas maravillosas, de amigos, que he conocido a lo largo de este año. Ha sido como una explosión, una luz en mi vida. Siempre me sentí muy sola en la literatura, la escritura era silenciosa, casi clandestina. Como he dicho en más de una ocasión, no tenía muy claro de tener la valentía suficiente de publicar Marafariña... pero vosotros me habéis arrancado el miedo, me habéis empapado de valentía y os lo debo todo, todo. Todo a los que me habéis enviado mensajes tan hermosos, a los que habéis comentado en Amazon, los que me enviáis audios por el móvil y llenáis mi muro de imágenes preciosas. Vosotros los que estáis más cerca, que me habéis visitado en mi trabajo y me habéis dado las gracias por mi libro... cuando soy yo, solo yo, la que os tengo que estar agradecida.

Sí. Creo que he crecido mucho este año, creo que me he quitado muchas espinas, muchas torturas, muchos fantasmas. Creo que me he liberado al fin, como si al acabar Marafariña, esa parte también hubiera acabado. Quizás, y a pesar de todo lo malo que han dejado estos doce meses, ha sido uno de los años en los que me he entendido y comprendido , uno de los años en los que Miriam ha cambiado completamente.

Marafariña y su marafariñesca fuerza ha llenado mi año. Y solo pienso en continuar.

En 2016 espero que, literariamente, pasen cosas increíbles. Espero que el balance dentro de un año sea incluso mejor que este. Y, espero de verdad, poder seguir siendo fiel a mí misma.

Y olvidad, queridos míos, que todas las horas mueren.

Marafariñesco Año.


martes, 29 de diciembre de 2015

#LITERATURA: Cicatriz, el baile de una obsesión // ****





"Cicatriz" llamó mi atención de inmediato, a pesar de que nunca había oído hablar de ella ni conocía a Sara Mesa, la autora de la obra. Tal vez la sinopsis, o tal vez una portada poco específica,  un latido inconsciente. No lo sé, pero me sumergí en la extraña y turbia historia que se presentaba ante esas páginas.

Desde luego que no se trata de una novela común, lo que la convierte en una explosión literaria especial. No radica en ella su belleza ni la grandilocuencia, pero si hay que destacar un entresijo narrativo complejo en su justa medida, y un desarrollo paulatino de los dos personajes principales, Sonia y Knut, entre los cuáles se crea un vínculo que es discutible desde varias perspectivas. ¿Amor? ¿Amistad? ¿Obsesión? Resultaría muy complicado de definir.

El inicio de esta relación tan peculiar comienza en un foro literario, en el que la protagonista de la historia mata las horas de su jornada laboral, tediosa e interminable. Después de un tiempo termina abandonándolo, pero sigue enviándose emails con Knut, uno de los usuarios más cultos y extraños del sitio web, que parece sentirse muy atraído por el intelecto y las posibilidades literaria de Sonia. Lo que comienza con un simple envío de libros robados, termina siendo una auténtica obligación por ambas partes, entrando en un juego extraño del que les resulta imposible salir.

Ahonda la autora en las relaciones idealizadas que se fecundan en Internet, en cómo la psicología de las personas puede desbordarse, llevarle a vivir vidas que no son las suyas, sentirse obligado a ceder, a convertirse en un objeto. Refleja, también, la contradicción intrínseca, el ser de una forma y de la otra, el querer y odiar por partes iguales. Realmente, se trata de un ejercicio fascinante y digno de su lectura que, además, es trepidante y fluida.

domingo, 27 de diciembre de 2015

#CINE: Carol, o el precio de la sal // *****



De la novela de la autora de "El talento de Mr. Ripley", Patricia Highsmith que publicó "Carol" (El precio de la sal) bajo un pseudónimo por su temática, cuya editorial no aceptó en un primer momento: la trama se centra en un romance lésbico intergeneracional. La historia que la misma autora cuenta en el prólogo de las ediciones posteriores cuando, al fin, su editor le permitió firmar la obra con su nombre y apellido, es tan atractiva e increíble que no puede más que acrecentar la leyenda tras esta obra tan brillante, atrevida y diferente.

Solo cabe preguntarse por qué se ha tardado tanto en adaptar a la gran pantalla, por qué se ha tardado tanto en darle una oportunidad a esta historia cargada de desafíos, de tensión, de amor del que explota, de belleza y de crudeza. Tal vez los prejuicios, tal vez es que todavía son temáticas difíciles de digerir para el cine. Lo único que parece claro es que fue la aclamada "La vida de Adele", ganadora del prestigioso premio de Cannes, lo que empujó a Todd Haynes a presentar "Carol" al festival, pues parece que el romance entre dos mujeres promete cierta gloria en las pantallas. Y no se ha equivocado.

Mucha era la expectación de los amantes del cine y también de la literatura entorno a cómo sería la adaptación de la novela. Creo que el conocer quiénes interpretarían a las actrices principales fue una absoluta maravilla: Cate Blanchett como "Carol" en la que probablemente sea una de las más bellas y frívolas interpretaciones de su carrera; y la adorable y extraña Rooney Mara, que interpreta a la joven Therese. La definición de ambas mujeres es clave para comprender la profundidad de la historia. Carol es una mujer atada a un matrimonio del que quiere huir, con una hija bailando entre ambos lo que la sitúa en una tesitura delicada. Sofisticada, llamativa y rodeada de cierta amargura, acude a los grandes almacenes donde trabaja Therese sin mucho afán, una muchacha de mirada despierta y de pocas palabras, que encontrará en los ojos de esa mujer rubia con guantes un frente abierto desconocido hasta entonces, que llenará de estrellas su anodina rutina.

El desarrollo del film es peculiar, y me ha encantado. Ambientada en los difíciles años 50, parece estar grabada también en aquel entonces. Planos alejados, cortados en repetidas ocasiones. Carreteras interminables y cielos despejados. Hay muchos silencios, pero también una poderosa Banda Sonora para acompañar las múltiples escenas intensas e inolvidables en nuestras retinas y en nuestros corazones. 

Pero sin lugar a dudas, donde recae el alma de la actuación es en los diálogos, que también hablan con las múltiples miradas entre las actrices, que tienen una química innegable y tierna. Muy tierna. Más allá de la tensión sexual, es puro cariño, de ese que no se desea tener pero que es más fuerte que cualquier otra cosa. Ambas mujeres están perdidas, y buscan encontrarse la una en la otra, pero tal vez eso sólo las empujará a un laberinto más negro y más oscuro.

La homosexualidad en los años 50 casi podía considerarse un delito, una repudia social a lo que ambas deben enfrentarse. Los fantasmas y los demonios andan cerca, despertarse y comprenderse a una misma no resulta sencillo. El guion parece comprender a la perfección este extraño y fascinante viaje personal, que puede equiparse al largo viaje en coche hacia ningún lugar en concreto. La delicadeza y la belleza están servida, con mucho cariño y mucha verdad. La sencillez no está reñida con la gran profundidad y complejidad real de "Carol".

Simplemente brillante y bella esta joya del cine. Una fiel interpretación de la novela de Patricia Highsmith que, sin lugar a dudas, es una de las grandes apuestas del cine que abre nuevos frentes. 

Gracias por estas películas tan necesarias.


sábado, 26 de diciembre de 2015

#CINE: La visita, un entrañable fin de semana en la casa de los abuelos // ***1/2


No soy gran seguidora del cine de terror, pero M. Night Shyamalan suele tener algo interesante que decir en los films que acumula a sus espaldas (con algún pinchado, tal vez, aunque, como todo, esto es discutible). Las críticas le han llovido, muchos la han etiquetado como estafa, han salido en mitad de la proyección y demás. Hace ya unos cuantos meses que en el cine en el que trabajo estrenamos "La Visita" con grandes expectativas y muchas decepciones. Sí que es cierto que esta fue la principal razón por la que me demoré tanto en verla. Pero las tardes de diciembre en casa y con gatos en el regazo invita al séptimo arte.

El formato de la película es el mismo que "REC" y "Monstruoso". Es grabado en primera persona por un vídeo-aficionado, de parte de la 'nieta', uno de los adolescente protagonistas que, junto con su hermano pequeño, quiere grabar un documental casero sobre sus abuelos, a los que van a conocer por primera vez, en un solitario pueblecito ganadero lleno de soledad.

El terror negro-gris y repentino, con sustos bien colocados, situaciones esperpénticas y aterradoras, que nos hacen recordar las noches oscuras de nuestra infancia atormentados por visiones bajo las mantas. Los tiernos abuelos parecen sufrir ciertos desajustes mentales por las noches que les llevan a mostrar actitudes estrafalarias y tétricas. ¿Quién no tendría miedo al ver a una tierna anciana con el pelo canoso cayéndole sobre sus carnes desnudas mientras araña la pared? Y no podemos olvidar el toque de Shyamalan, la comedia en medio de este panorama.

La película es entretenida, con un buen ritmo, interesante, que mantiene al espectador en vilo, con la tensión ahogada de forma acertada. Una forma de grabar diferente y unos actores jóvenes nuevos que aportan frescura a la pantalla, con mucha naturalidad, tal y cómo serían ellos mismos en una situación similar.

Querría limpiar las críticas de la película, que creo que es bastante inteligente y original.

Nadie te querrá como tus abuelos



miércoles, 23 de diciembre de 2015

#CINE: Sufragistas, la lucha por el voto femenino // ****



El fin de semana de las Elecciones Generales en España se estrenaba "Sufragistas" en las salas de cine (tal vez algo deliberado). Una película enfocada desde la cruda y trágica lucha que sufrieron las mujeres británicas sufragistas en los albores de la Primera Guerra Mundial.

El reflejo de la situación tan anulada, tan gris, tan vacía de las mujeres esclavas nos hace reflexionar sobre dónde estábamos y a dónde hemos llegado (y a dónde hemos de llegar). Mujeres esclavas de sí mismas, de la sociedad, de los hombres, de sus maridos, de sus trabajos, de sus hijos, de su destino ineludible. Es escalofriante y rompedor el pensar que millones de mujeres en todo el mundo han vivido así sus vidas y, por desgracia, siguen viviéndola. 

El film es como un nudo ahogado en la garganta que encoge el corazón. Tal vez no es brillante, no es una gran obra maestra como se predicaba, pero es tan importante y vital que sea vista y que sea comprendida, es tan importante para nuestra sociedad y nuestro conocimiento, esta rememoración del pasado, que es como una bofetada real y cruda.

El tono cenizo y apagado de extiende por las calles de un Londres sumido en la penuria. En sus callejones, en sus sombras, un grupo de mujeres trabajadoras y hartas de su realidad, luchan por los derechos que el Gobierno, que el mundo, se empeña en negarles. El drama está servido, pero también la crudeza de la valentía y del coraje que brilla en la mirada, una mirada empañada por todo lo que hay que sacrificar en el camino de la lucha.

Tenaz, realista, ahogante, "Sufragistas" es una de estas películas sobre la historia de las personas que deben ser vistas.

sábado, 19 de diciembre de 2015

#LITERATURA: "Sputnik, mi amor" o la noria maldita y la mujer con el pelo blanco // *****



Leí a Murakami de casualidad, por una insistente recomendación para sumergirme en la novela "Los años de peregrinación del chico sin color" y lo cierto es que estaba anhelante de poder conocer otra historia del autor, dado el absoluto sentimiento que desbordaban sus letras, esa condensación de los personajes, esa realidad latente de lo allí narrado. Trágico, sí, pero tan hermoso que dolía.

"Sputnik, mi amor" es todavía mejor, todavía más. Una novela con tintes muy filosóficos, dotada de una gran carga metafísica y, además, centrada en el proceso creativo de la escritura. Sí, ese del que tanto nos gusta leer a los que hacemos amago de escribir. 

Sumire, una esperpéntica joven que ha dejado todo por dedicarse a su pasión literaria, conoce a Myû, una mujer casada y enigmática. Las circunstancias se precipitan y, casi sin darse cuenta, se encuentran embarcadas en un viaje por Europa que, sin dudas, cambiará sus vidas para siempre.

Creo que es sencillo catalogar el tema principal de la obra: el amor. Pero no sólo el amor romántico, sino el amor por lo que se crea y lo que se desea, el amor por una bonita ciudad y por una gastronomía exquisita, el amor por la música, por la soledad y por el recuerdo. Ese amor del que tanto nos habla Murakami, hablando por boca del protagonista, a veces ajeno a la trama, otras inmiscuido en ella como un ajeno deseoso de obtener algo más que ser un simple espectador.

Poca importancia tiene que se trate de un triangulo amoroso, porque lo importante a destacar de "Sputnik, mi amor" es su narrativa, tan poética y tan exquisita, plagada de metáforas y de diálogos deliberantes y hermosos. De ideales y silencios. Semeja ser un experimento extraño, con un desarrollo complejo que rompe las normas del espacio tiempo. Y sí, por supuesto, es pura hermosura, pura literatura que se convierte en oro, del que reluce de verdad.

Podéis comprar "Sputnik, mi amor" pinchando aquí

miércoles, 16 de diciembre de 2015

#CINE: La novia, bodas de sangre: belleza // *****



Qué me pregunten por qué me enfado cuando alguien dice que el cine español no es bueno, que no lo ven, porque no lo sienten, porque no tiene calidad, ni medios, ni efectos especiales. Que la música no es buena, que no entretiene. Que no tiene vida, ni alma.

Qué me pregunten por qué me enfado cuando las taquillas de los cines se desbordan ante estrenos comerciales que no son buenos, que no se sienten, que no tiene calidad, pero sí medios y efectos especiales. Y la música viene de la mano de los artistas con más éxitos en las listas de ventas. Pero no tienen vida, ni alma.

Qué me pregunten por qué amo el cine, y qué me pregunten por qué he salido ayer enamorada de "La Novia", de la soberbia dolorosa de Inma Cuesta, de la hermosura brillante y pura de todos y cada uno de sus fotogramas, del recitar de los versos de García Lorca, hasta de sus silencios sepulcrales, de las miradas cristalinas, de los sentimientos que agujerean la piel. Qué me pregunten qué me ha parecido la adaptación al cine de Bodas de Sangre de Paula Ortiz, y diré que todavía no puedo asimilarla en su plenitud.

Desde que comenzó la proyección hasta finalizar, a duras penas pude moverme de mi asiento. Y fue un sentimiento generalizado entre los escasos espectadores que allí estábamos, desterrados en una sala pequeña y sin demasiada afluencia. Pero a nadie le importó, porque los que estábamos allí íbamos a recordar la razón por la que al cine se le llama "El Séptimo Arte".

Derrama sobre el suelo arenoso, lleno de barro y cenizas, tal hermosura, tal belleza, tal desasosiego que mis cinco sentidos no llegaban, no alcanzaban, para disfrutar de esa sintonía de actuación, de guion, de musicalidad, de escenas lentas, de escenas rápidas. De primeros planos y de la lejanía del horizonte sofocado. Y una novia espectacular, una Inma Cuesta que se consagra de nuevo, después de "La voz dormida", pisando la pantalla y devorando los secretos de la actuación. Una gran promesa, que está viva y otorga latido y alma a este film tan maravilloso e inolvidable.

Es un tributo al teatro, a la poesía, a la literatura. Todo esto llevado al cine como nunca antes se hizo, todo esto realizado con un amor real que emociona y que mueve todo dentro. Paula Ortiz se ha atrevido a hacer algo distinto, algo nuevo, algo visionario. Y ha brillado en todo su esplendor, ha cambiado, como lo hizo "La vida de Adele", la concepción del cine conocido hasta entonces, ha surcado un nuevo camino poco explorado que, espero, otro tomen su ejemplo y pueda volver a deleitarnos de tal forma.

Belleza, sin más.



lunes, 14 de diciembre de 2015

#COLUMNA-OPINIÓN: El amor y otras enfermedades incurables



La vida gira entorno a él, como un bucle infinito. Es lo que otorga magia a las trivialidades, lo que nos hace correr sin desfallecer y lo que nos permite seguir adelante a pesar de todo. Desde muy jóvenes, desde que nuestros latidos aún son tiernos y lucimos esa inocencia cristalina en la mirada, caemos en las redes, en las garras, los pétalos y la incertidumbre de amar. Y, si tenemos suerte, lo hacemos sin etiquetas, sin restricciones: con pureza, dejándonos llevar y sin temer ni pensar en las consecuencias. Quizás todavía no conozcamos el dolor y el llanto más agudo que existe, quizás todavía sólo sabemos sonreír dulcemente. Y mirar a los ojos y decir "te quiero" sin importar nada, porque somos soñadores, y soñadoras. Un día cogemos ese tren, ese avión, ese coche, y nos vamos sin mirar atrás buscando abrazar la vida.

El amor adolescente, o el amor joven, el primero o el segundo. O los primeros. Ese es del que hablan los libros, las canciones de amor y las películas. Ese es el que marca nuestra alma y latidos como sangre hirviendo tatuada en nuestras venas. El que nos enseña lo que es de verdad querer sin mesura ni contenido, porque nuestra razón no quiere existir todavía. Queremos besar, queremos abrazar, apenas hay nada más que puro cariño desenfrenado. Daríamos la vida por un minuto más, lo sacrificaríamos todo por un segundo más ahí, agarrando esa mano candente sobre la almohada en soledad. Esa soledad que, en esos años, es un lujo difícil de conseguir. Buscamos una madriguera como los animales del bosque, como los animales de Marafariña.

Se le eleva (al amor, siempre hablamos del amor) al nivel máximo de los motivos y movimientos de la vida humana, ésta tan anodina, tan frenética y tan carente de musicalidad. Es como la religión, como las creencias espirituales, aquello que nos rescata de nuestra efímera existencia. Y nos hunde, porque cuando este hechizo se rompe, explota, te dice adiós sin palabras, el corazón (aún adolescente) se quiebra para no volver a ser el mismo jamás, para no volver a soñar sin conciencia, para no volver a confiar en los saltos al vacío. Cuando esa mano en la almohada se queda sola e inerte, y ya nadie te va a acariciar mientras te mira dormirte.

Pero el amor es infinito, y no termina nunca. Aunque cuando vuelve es diferente.

La madurez nos enseña a amar, porque caminamos mirando las huellas que dejamos y la que otros han dejado. Tenemos miedo a sufrir, a dar demasiado y a que nos vuelvan a hacer sangrar. Los pulmones están infestados de dudas, y el hígado nos da pinchados de prudencia. A veces las pesadillas te recuerdan a una vez (o dos, o incluso tres) en las que era un niño que amaba con los brazos abiertos, pero ahora sientes que la existencia ha dejado demasiados mordiscos en tu piel.

El amor de ahora, el actual, real o no, nos otorga tranquilidad, sosiego y abrazos por la noche. Amas, sí, amas con fuerza y vitalidad, pero te amas más a ti mismo. Y tus sonrisas no son tan reales, porque están colmadas de la tristeza pasada. Incluso has aprendido a mentir. A veces no tienes ganas de besar, ni de abrazar. A veces, el cansancio puede más que todo lo demás. Pero ya no lloras tanto, solo suspiras mientras conduces de vuelta a casa. No te puedes derrumbar, porque sostienes muchos pilares. Los sueños son para otros, no para ti.

Pero mira.

Llegas, y hay calor en casa. Y alguien ha preparado pescado a la plancha y ha servido dos copas de vino. Dejas en el felpudo el malhumor y las ganas de llorar por la impotencia de la vida. Tienes miedo, pero al mirarle a los ojos quieres olvidarlo. Un beso muy veraz, más que cualquier otra cosa. Y un abrazo, a veces más largo de lo habitual. Y de repente te recuerda que te quiere, y la felicidad te colma.

Sigues enferma de amor y de vida, pero haces cómo que no te importa. 

viernes, 11 de diciembre de 2015

#LITERATURA: Cuatro muertos más para el desierto, un thriller poco común // ***1/2



Interesante, cuánto menos, la historia que se esconde tras las páginas de "Cuatro muertos más para el desierto", novela que fácilmente podemos enmarcar como una novela negra con tintes históricos, centrados en los últimos meses del régimen franquista y la Marcha Verde.

La historia comienza a engranarse con capítulos no demasiado extensos, entorno a varios personajes que interactúan entre sí, destacando en ellos dos: el joven Tomás Correa, un estudiante que ve su presente interrumpido de forma atroz cuando disparan a su padre; y Alberto Correa, padre del muchacho, del que vamos conociendo más detalles en narración retrospectiva, destapando poco a poco el velo del misterio que envuelve su figura.

El ingrediente fundamental es la intriga, pero no es el único. Me resulta atractivo que el libro se centre en los últimos coletazos del régimen dictatorial, de forma bien documentada, por cierto y bien reflejada. Tan bien que casi se puede sentir el ambiente de extrañeza y desconcierto que los ciudadanos españoles sufrieron y disfrutaron en aquel entonces (no tan alejado). La España gris, la Barcelona ruidosa y silenciosa al mismo tiempo, es un escenario idóneo si sabe cómo utilizarse. Y el autor, Christopher Pollinini sí que puede presumir de saber hacerlo.

La familia también es otro tema a destacar o, mejor dicho, el secretismo y las máscaras entre unos y otros. Tomás, mientras su padre se debate entre la vida y la muerte, debe enfrentarse a las mentiras, a la doble vida, a un juego extraño, por parte de su tía de la que comienza a sospechar desde los primeros instantes. Inexperto e impulsivo, el estudiante debe convertirse en una especie de detective improvisado si quiere llegar al fondo de la cuestión.

Los personajes femeninos de la obra tienen su importancia, pero no brillan demasiado, y tal vez es un lastre que algunos autores masculinos siempre arrastran. Es complicado, en efecto, desarrollar la mente de las mujeres, compleja y extraña en ocasiones, más profunda de lo que se puede llegar a imaginar. Pero creo que son papeles fundamentales a los que hay que otorgarles la relevancia merecida, el coraje que sin lugar a dudas las figuras femeninas siempre muestran en situaciones extremas.

La calidad literaria es innegable. Las descripciones son minuciosas y hermosas. El desarrollo de los hechos sigue un guion pulcro que se esclarece a la perfección sin dejar cabos sueltos. En definitiva, una novela más recomendable para los entusiastas del género.


miércoles, 9 de diciembre de 2015

#CINE: I ORIGINS, la belleza de los ojos // ****



El cine es una curiosa forma de leer historias, sobre todo historias con protagonistas que engloban tanta verdad y tanta belleza en las emociones fulminantes que a duras penas pueden ocultar tras sus cristalinos ojos, esos tan plagados de hermosura y realidad. 

"I Originis" u "Orígenes" en su título en castellano, es una película más compleja de lo que parece en un primer instante, aunque no por ello complicada de ver y de asimilar. Baila entre la ciencia ficción ligera, la filosofía más clásica y los lazos del romanticismo. También es pura poesía, con un guion desarrollado con cuidadosa delicadeza, plagado de diálogos fuertes y silenciosos (algo complicado de comprender, pero que cualquiera que vea el film entenderá a qué me refiero). En ocasiones, de hecho, semejaba que cada uno de los fotogramas componían un oscuro baile desconocido, como si el elemento ciencia-azar-voluntad fueran un elemento unido que zarandea la vida sin miramientos ni consideraciones de ningún tipo.

El protagonista es Ian, un bohemio e intelectual estudiante de biología molecular, cuya investigación se centra en el globo ocular. Una noche confusa conoce a una misteriosa mujer con el iris multicolor. Desde ese momento, y con la ayuda de una becaria perspicaz de primer año de carrera, comienzan a sucederse una serie de descubrimientos que podría determinar el origen, no tan sólo del ojo, sino también de la propia humanidad.

El trasfondo religioso está servido en bandeja y, como siempre, nos lleva a un callejón laberíntico cuyo final se convierte en una paradoja. La teoría de la reencarnación choca con el creacionismo, y con la propia ideología de Ian, en la que solo cabe lo 100% demostrable ante sus ojos, esos que tanto lo obsesionan. Se crea un bucle, una espiral de ideas, los acontecimientos se precipitan sin que él pueda hacer nada por detenerlos, y se convierte en su propia víctima de la teoría del caos, ese Big Bang explosivo que, por otra parte, le permite 'crear' (o mejor dicho, descubrir) algo asombroso.

El debate está asegurado. Adoro este tipo de películas plagadas de inquietudes, que reportan tanto conocimiento y enseñan tantas cosas, a la par que se tratan de un entretenimiento poderoso para mentes despiertas. La inmortalidad, véase, la transformación de la vida, es una temática los suficientemente atractiva, que genera a su vez demasiadas cuestiones a las que todos, en mayor o menos medida, deseamos conocer la respuesta. "Orígenes" pretender dar algunas de ellas, y tal vez lo consiga.

El reparto es muy acertado, amoldado a su papel, con interpretaciones fieles y creíbles. Los fotogramas son bellos, como ya he destacado, el desarrollo de la trama es trepidante, entretenido y ágil. La Banda Sonora acompaña de manera muy acertada a ese cúmulo de ingredientes cinematográficos que, de vez en cuando, nos recuerdan que el cine sigue siendo un arte vivo, aunque algunos directores parecen haberlo olvidado.

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jueves, 3 de diciembre de 2015

#LITERATURA: En el punto medio del corazón, la delicadeza de Carol Munt // ****


Leer "La promesa" me cautivó, la obra forma parte de mis libros favoritos e inolvidables. El descubrimiento de la historia de Ángela me hizo incluir otros títulos de Carol en mi interminable lista de lecturas y adelantarla todo lo posible. Estaba deseando volver a saborear y descubrir una nueva historia.

Carol Munt no es una escritora habitual ni común. Se sale de todos los cánones de la literatura indie conocida, como si ella misma hubiera creado una vertiente nueva y diferente, que no es sencilla de ubicar ni de definir. Pero sí que puedo señalar algo sin lugar a dudas: es una escritora imprescindible. Si tuviera que destacar dos características de su escritura diría que se trata de una narración interior, desde el punto de vista más interno e íntimo de la protagonista absoluta que parece anhelar cerrarse a todo lo demás; y el punto de vista femenino por excelencia (que no feminista).

Estas dos facetas también las vi reflejadas en su anterior novela y en "El punto medio del corazón" parecen acentuarse. Me resulta muy curioso el desarrollo de la psicología de la protagonista, clave para la autora, y sobre todo, la forma que tiene de reflejarlo. Además de estar narrado en primera persona, lo hace de una forma tan "interiorista", como señalaba, que parece que si nos esforzamos podemos ponernos en su propia piel y contemplar, y sentir, las circunstancias tal y como ella las está viviendo.

Ella es Emma, una joven de veinticinco años que está embarazada y cuyo novio la ha abandonado a su suerte. En esta tesitura, con un trabajo mal remunerado de camarera, sufre un parto prematuro y su hijo, Luca, nace con graves problemas de salud. Despida del trabajo y sin un lugar al que ir, acepta la oferta de Sabal, un inmigrante indio que le ofrece una jugosa suma de dinero a cambio de contraer matrimonio con él.

Es curiosa la trasmutación que sufre Emma cuando decida lanzarle al abismo, por y para garantizar un futuro digno y tranquilo para su hijo. Debido a su evidente juventud, y a la ausencia de familiares que le supongan un apoyo, la fortaleza que la joven debe sacar de su corazón, de su alma, es abrasadora. Y maravillosa. 

Aquí encontramos otro punto en común con Ángela que ya casi parece convertirse en un punto recurrente y torturador para la escritora: los lazos familiares rotos. La difícil relación con sus padres, sobre todo orientado a la figura materna, plagada de recuerdos muy crudos y difíciles para Emma que no se siente ni capaz de rememorar. Además, la amistad con Maia, una compañera del trabajo, también sufre un fuerte altibajo, situación similar a la que se puede leer en "La promesa". La familia y la amistad parecen, para la escritora, puntos delicados y difíciles de sostener, reflejados con mucho acierto y sin caer en el drama fácil. Más bien, reflejados con la pura y dolorosa verdad.

La literatura de Carol Munt es un arte difícil de igualar y de imitar. Puramente profesional y hermosa, delicada y cálida. Detalles cuidados al mínimo y tono pausado, que no lento. Denota unas letras entregadas, escritas desde el alma y con verdad. Tal vez por eso es que sus páginas te atrapan sin soltarte de ningún modo.




miércoles, 2 de diciembre de 2015

#CINE: Los Juegos del Hambre IV, la leyenda del Sinsajo toca su fin // ***1/2



Su predecesora, Sinsajo Parte uno, se trata, sin lugar a dudas, de un film con una calidad sobresaliente, que brilla no solo dentro de las Sagas  Distópicas, sino también en el marco de las películas de Ciencia Ficción y del cine en general, tratándose de una de las apuestas más fuertes y atractivas que la cartelera del año 2014 regaló a los cinéfilos más exigentes. 

Cabía esperar mucho de la última entrega de la original y dinámica saga de 'Los Juegos del Hambre', a pesar de que quién haya leído los libros sabría que esto sería complicado, ya que el cierre literario no había sido muy brillante. Todas las expectativas y esperanza en rescatar ese guion un tanto torpe y atropellado estaban puestas en Jennifer Lawrence, cuya personalidad en la pantalla es tan desbordante que su fuerza, su carisma y su talento han sobresalido con creces en cada una de sus apariciones (cuanto más si la película se puede saborear en su Versión Original).

Creo que Sinsajo 2 cumple con su cometido, pero sin brillar ni causar una impresión fuerte en el espectador poco conformista, y tal vez decepcione un poco a los fans de la Ciencia Ficción, porque es un ingrediente que se diluye demasiado en esta taza de café amargo. Casi podría decir que el género que más destaca es el bélico, convirtiéndose por momentos en una versión alternativa de 'Salvar al soldado Ryan' (salvando las distancias, por supuesto). He de decir que las partes más guerreras me han resultado repetitivas, poco desarrolladas y muy catastróficas.

Con este telón de fondo arranca el capítulo final: un Panem devastado, peligroso y apocalíptico. El film es gris, muy negro. Transcurre en su mayor parte con rostros pálidos, ojerosos y asustados. El miedo es palpable en este Estado de Guerra peligroso, donde las muertes de civiles se cuentan por millares, la traición está a la orden del día y no hay de quien fiarse. Da la impresión de que todo esto baila alrededor de la indiscutible protagonista Katniss Everdeen, que aparece con cierta indiferencia y una determinación ya común en ella. Un personaje que, en esta entrega, se muestra demasiado muda en comparación con la garra ardiente (en llamas) que mostró en anteriormente. Tal vez nuestro Sinsajo se encontraba desencantado. O tal vez sus pensamientos eran demasiado abrumadores.

Peeta Mellark hace su aparición como chico torturado, desequilibrado, que provoca una compasión irrefrenable cada vez hace su intervención, un tanto repetitiva y poco evolucionada. Diré que el actor parece haber madurado mucho, sus rasgos se han vuelto más adulto y su seguridad es más patente. He visto buena química con Josh Hutchersonl y Jennifer Lawrence.

Lo más llamativo y aplaudible de la película es sin duda, un final apoteósico, duro y épico del que es imposible escapar. Si el ritmo del film es tedioso, repetitivo y abrumador, durante los últimos cuarenta minutos se convierte en algo trepidantemente crudo. El drama catastrófico inunda la pantalla, las atrocidades de la guerra, la maldad y la traición desfilan frente a las pupilas de la dos veces ganadora de los Juegos del Hambre, mientras el horror va destrozándola poco a poco. 

Creo que 'Los Juegos del Hambre' es una saga digna, decente y muy recomendable. Ahonda en temas tan importantes como la sociedad y la política. Una serie madura y adulta, con una fuerte y dura crítica. Rompiendo tópicos y con una feroz y brillante protagonsita femenina.

Katniss es, sin lugar a duda, el mejor sinsajo a seguir.


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