jueves, 23 de octubre de 2014

#LITERATURA: FAHRENHEIT 451, la temperatura a la que arden los libros / ****1/5



Uno de los clásicos más conocidos y re-conocidos de la literatura moderna. En la línea de las utopías (y distopías), Ray Bradbury, que, como el mismo cuenta en el prólogo de la obra, tuvo que enfrentarse a todo tipo de adversidades, desprecios y problemas económicos para que dicha magistral novela llegase a nuestros días, nos muestra una sociedad futurista y alternativa a la nuestra: Los libros están prohibidos.

El protagonista es el empático anti-héroe llamado Guy Montag. Es un ciudadano modélico, con una casa bonita, con una esposa perfecta y uno de los trabajos más reconocidos de dicha socidad, ser bombero. Ahora bien, ser bombero en el mundo de Bradbury es diferente al concepto actual. Los bomberos se dedicaban a quemar los libros. 

La simplicidad con la que está narrada, oculta tras largos diálogos (primero con el jefe del cuerpo de bomberos, y después con un profesor de Universidad) ideas harto complejas e interesantes, cargadas de contenido y crítica social. Utiliza la exageración de conductas extrañas en los personajes secundarios para reflejar la robótica y deshumanización de la sociedad de entonces, sumida en una nube de felicidad falsa y trágica. Casi tétrica.  Montag escapa de su "hechizo" al conocer a Clarisse, una peculiar joven que comienza a hacerle preguntas. Este hecho, unido al suicidio de una mujer mientras quemaban sus libros, provoca un cambio radical que Montag, a partir del cuál se desarrolla el corazón del libro.

Fahrenheit está adaptada al cine, en un filme bastante curioso, aunque no fiel al 100% a la novela. No obstante, y a pesar de su antigüedad, resulta un imprescindible que todo cinéfilo, literata o no, debería de ver.


Montag y Clarisse

LO MEJOR: Su desbordante originalidad.
LO PEOR: Un final exageradamente dramatizado.


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